HISTORIA

La Mujer “De Color” En la Sociedad Colonial Santiaguera

por María Cristina Hierrezuelo.

Obras como El negro en la economía habanera del siglo XIX, de Pedro Deschamps Chapeaux, y El negro en la sociedad colonial de Rafael Duharte Jiménez constituyen valiosos análisis de cómo a pesar de los códigos discriminatorios que imperaron en la sociedad colonial cubana, un número importante de negros, pardos y mulatos lograron alcanzar una solvencia económica aparejada a un indiscutible ascenso social aún cuando este nunca pudo equipararse al de los blancos. En esa cuerda de las inveteradas diferencias, los análisis y ejemplos que se muestran se sustentan de tal manera en individuos del sexo masculino que bien puede pensarse que en ese mundo de negros y blancos; de ricos y pobres; de libres y esclavos; de hembras y varones, las hijas de Eva por cuyas venas corría sangre africana poca o ninguna incidencia tuvieron en el ascenso socioeconómico de los de su raza.

Santiago de Cuba, la villa fundada por Diego Velázquez en el verano de 1515, recibió los primeros africanos en el año 1522. La manumisión y el mestizaje afloraron con tal celeridad entre la población que, antes de que el siglo XVI finalizara, una parte de la que existía en  la ya  entonces ciudad estaba constituida por pardos, negros y mulatos que ostentaban la condición de libres y que desempeñaban múltiples actividades productivas.  Entre esos quehaceres figuraba el comercio, lo que aparece recogido en las primeras ordenanzas municipales u ordenanzas de Cáceres establecidas en el año 1573, en cuyo artículo 50 se señala: “Que ninguno pueda vender vino por mano de negro, ni negra horra, pueda venderlo, ni tabernero, salvo que fuese persona de confianza que en tal caso el cabildo les pueda dar licencia para ello[…][1]

DISTINGUIDA MUJER AFROCUBANA S XIX

Las negras horras vendedoras de vino, cuya confiabilidad las hizo acreedoras de la autorización oficial que se exigía para el expendio de tan solicitada bebida, constituyeron la génesis del grupo de mujeres libres “de color” que en el siglo XIX, tuvieron un papel protagónico en muchas de las actividades económicas que se desarrollaban en la ciudad; en tanto otras, por la cuantía de sus propiedades, ingresaron al estrato burgués y, desde la posición de propietarias, contribuyeron de manera  discreta al desarrollo económico de la jurisdicción de Cuba, en general, y de la ciudad de Santiago de Cuba, en particular.

MUCHACHA ELEGANTE SIGLO XIX

La historiografía regional no ha reparado suficientemente  en esta realidad social del pasado colonial santiaguero, lo que ha impedido que podamos conocer con certeza las condiciones socioeconómicas  en las cuales vivieron las mujeres “de color” de Santiago de Cuba. Esta  laguna historiográfica, contrasta notablemente con la abundante información que al respecto contienen la documentación de archivo y la prensa de la época, y que permiten descubrir una pequeña parte del universo psicosocial en el que se desenvolvieron esas olvidadas hijas de Eva. Gracias a ello podemos  saber,  entre otros aspectos, los recursos económicos que lograron tener y que en oportunidades le permitieron labrar un pequeño capital y – ¿por qué no?-, desenvolver sus vidas como buenas burguesas.

PARA EL ARTICULO COMPLETO – LA MUJER DE COLOR EN LA SOCIEDAD SANTIAGUERA


[1] Hortensia Pichardo: Documentos para la Historia de Cuba, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1971, t I, p. 111

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4 comentarios en “La Mujer “De Color” En la Sociedad Colonial Santiaguera

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  2. gLoria dijo:

    Ha sido realmente revelador y empoderante.
    La realidad ha sido la invisibilización y la creación de la ilusión de la incapacidad analítica y ambiciosa de la mujer «de color».
    Me gustaría saber en qué archivos se puede continuar para profundizar más la investigación desde el punto de vista de la participación de la mujer negra en la actividad política de Santiago de Cuba desde la colonia.
    Muchas gracias,
    gLo

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