ENTREVISTAS

Helen Martínez: “el arte de la fotografía como una arma de defensa para las mujeres”

Uno de los intereses explícitos de este blog es visibilizar la obra de las mujeres negras cubanas. Es por ello que reproduzco en este post, la entrevista que le hiciera la escritora Susana Camino a la fotografa y poeta Helen Martínez, ambas afrocubanas que viven fueran de la isla, la primera en Stuttgart, Alemania y la segunda en Berna, Suiza.

Sirve esto también para agradecer a ambas la acogida que me dieron en Stuttgart, mientras conspiraban juntas en boceto de un libro, y en especial a Helen por permitirme trabajar junto a ella, sé que vendrán resultados propios de su grandeza como persona y artista.

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Las Afrocubanas ya tienen su libro ~

Las Afrocubanas ya tienen su libro~

Sandra Alvarez Ramirez

Por Sandra Álvarez Ramírez

 

En el año 2010, la escritora Inés María Martiatu, al ser entrevistada a propósito de la publicación de su libro de cuentos Sobre las olas y otros cuentos (Swanisle Press,  Universiy of Chicago, 2009), reveló la deuda que tiene la tradición literaria cubana con la escritura de las mujeres negras, al mostrar evidencias de la exclusión que han sufrido las afrocubanas.  Ediciones, antologías, premios, estudios sobre las mujeres, etc. —anota dicha investigadora— han excluido históricamente la vida y obra de las cubanas mestizas y negras, lo cual aun persiste en el momento actual.

Recientemente en Algunas notas sobre raza y narrativas femeninas. El que más mira menos ve, publicado en La Jiribilla,  la también crítica cultural destacó la exclusión mantenida de las narradoras dentro del corpus literario nacional.

Por su parte, la historiadora Daysi Rubiera, autora de Reyita, sencillamente, Golpeando la memoria, entre otros libros de testimonio de mujeres, ha apuntado, en más de una ocasión,  su interés en visibilizar las contribuciones de negras y mestizas, por eso su marcado interés en las ¨historias de mujeres¨.

 

 

Afrocubanas: historia, pensamiento y prácticas culturales (Ciencias Sociales, 2011) es el volumen donde Inés María Martiatu y Daysi Rubiera, presentan la obra de notables intelectuales afrocubanas. El libro está dividido en tres partes: historia, pensamiento y prácticas culturales, y en sus 408 folios recoge ensayos, artículos, etc. que nos acercan a zonas poco tratadas o desconocidas de la historia y cultura nacionales, esta vez teniendo como punto de mira a las mujeres negras y mestizas cubanas.

La pronto aparición del volumen, a presentarse próximamente en el Sábado del Libro, motivó la realización de esta entrevista.

Partimos entonces por preguntar, ¿Por qué Afrocubanas?

Daysi Rubiera. Desde hace muchos años, al darme cuenta de que en la invisibilidad de las mujeres, la de las negras era total y atravesaba casi todas las áreas de las Ciencias Sociales y la cultura, me tracé un proyecto muy personal de visualización de ellas. Comencé en 1990 con un ensayo que me publicaron en la Editorial Academia. Le siguieron otras obras, ya sobre alguna mujer en específico.

De ese proyecto surgió la idea de preparar un libro más abarcador y convidé a algunas amigas a que me acompañaran con ese proyecto: Inés María Martiatu, Georgina Herrera, Lázara Menéndez, María del Carmen Barcia, Irene Esther Ruiz, Coralia Hernández, pero el proyecto fue creciendo, surgieron otros trabajos, en fin, Afrocubanas… es muy abarcador, recorre las diferentes etapas de la historia de nuestro país; refiriéndose a mujeres desde el período colonial hasta nuestros días. Posicionandose como contradiscurso, al desmontar estereotipos negativos, racistas y sexistas.

Ines M. Martiatu.  Fue decisión de Daysi comenzar cuanto antes en un proyecto como éste Ella me invitó y por supuesto acepté. Así comenzamos a realizar la selección entre las dos. Investigamos, consultamos con especialistas y seleccionamos los trabajos que consideramos más significativos y en áreas a veces poco conocidas.  Algunos ya publicados y otros inéditos o pedidos por encargo por su importancia cuando no encontrábamos  los adecuados para diferentes asuntos y personalidades que deseábamos  incluir.

Yo tengo un archivo bastante  grande de lo que se publica on line aquí. De esta manera encontré trabajos que aparecieron en medios digitales, revistas, incluso  reproducidos de eventos. Sólo faltaba contactar a las autoras, tarea que no fue fácil en ocasiones. Luego fuimos incorporando a las más recientes. Descubrimos que narradoras y poetas también tenían  ensayos o artículos de opinión sobre los temas relacionados y el libro fue creciendo.

¿Son la pertenencia o identidad racial y el género motivos de selección para un libro?

Daysi Rubiera. Por supuesto. Sin ese sentido de pertenencia, sin conciencia racial, no se nos hubiese ocurrido este proyecto; y sin un conocimiento de cómo se potencia la equidad de género cuando se transversaliza con la identidad racial, tampoco. Ambas cuestiones son imprescindibles para hacer una selección que nos permitiera comenzar a visualizar algunos aspectos del pensamiento femenino negro cubano.

Inés M. Martiatu. La historia de las mujeres negras y mestizas en Cuba y en toda la diáspora, como sabemos está marcada por la procedencia del continente africano, por la esclavitud y por último por el proceso tanto económico, como cultural que ellas sufrieron quedando relegadas por su condición racial y de género en una situación de subalternidad en la sociedad colonial como esclavas o libres.

Esta historia es bien diferente a la de las mujeres blancas quienes en su mayoría pertenecían a los llamados estamentos superiores en que se dividía la sociedad colonial. Este estigma se mantuvo  aún después de la abolición de la esclavitud, de la instauración de la república y ha llegado hasta nuestros días, aún sin resolverse, en la sociedad cubana.

En la literatura, tanto en la poesía, la narrativa, los testimonios, se ha esteriotipado, y a veces maltratado, la imagen de las mujeres negras en discursos articulados por el “otro”. Aquí tratamos de que estos discursos sean los nuestros. Que se escuche nuestra propia voz.  De este modo, considero que está muy bien justificado que la identidad racial y el género sean motivos para el estudio y la selección para este libro.

¿Quienes son esas mujeres afrocubanas que están recogidas en el libro?

Daysi Rubiera. ¿Las afrocubanas? Mujeres que articularon un discurso diferente al de las blancas desde el siglo XIX, para así concretar ideas, definir actitudes, fijar puntos de vistas, reclamar su espacio en la sociedad que les tocó vivir, poniendo siempre en ello el orgullo racial. Discursos que no fueron tomados en cuenta por quienes hicieron nuestros textos de historia y tampoco son de mucho interés por quienes, en los últimos años, realizan estudios sobre las mujeres.  Un ejemplo de aquellas primeras: Úrsula Coímbra de Valverde, África Céspedes, Cristina Ayala, Consuelo Serra, Inocencia Silveira, Carmen Piedra, Arabella Oña, Catalina Pozo Gato, etc.

 

¿Otras mujeres?, las autoras de los otros trabajos que conforman el libro, las que,  independientemente del color de su piel, desde su percepción y especialidad desmontan estereotipos, denuncian nuevas situaciones creadas, visibilizan lo silenciado en el pasado.

No puedo obviar a las que aparecen en las fotografías. Creadoras cubanas que mantuvieron presente el discurso femenino negro hasta nuestros días, entre ellas: Sara Gómez, Belkis Ayón, Leyda Oquendo, Gloria Rolando.

 

Inés, sabemos que gestionas un blog que tiene el mismo título del libro, y que en ese espacio digital es posible encontrar la obra de otras tantas mujeres afrocubanas, se puede establecer entre ambos espacio, el del volumen en papel y el de un blog colectivo, algún vínculo intencional ¿o no?

Inés M. Martiatu : Pues si, existe un vínculo entre ambos proyectos. Después de la entrevista publicada en La Gaceta de Cuba —anteriormente mencionada— y de muchas reflexiones, llegué a la  conclusión de que debería tomar una acción y no quedarme en una queja. Esa entrevista fue publicada en febrero de 2010 y en ese mismo mes cuelgo el blog Afrocubanas  con varias secciones. La decisión de colgar este blog me parece un gesto  trascendente pues  con él abandono la posición que pudiera  confundirse con la de víctima y nos mostramos a nosotras mismas que sí estamos, que sí hemos trabajado y que podemos acceder sin reparos a un espacio que nos pertenece. Afrocubanas es un espacio propio  para actuar de forma coordinada, para conocernos  todas las que nos  nucleamos alrededor de él, un espacio nuestro. Aquí también tienen un lugar las hermanas afroamericanas.  Este blog es mi respuesta a estas exclusiones y lleva un exergo de Úrsula Coímbra  a sólo dos años de la abolición de la esclavitud:

Me siento orgullosa de pertenecer a una raza que por sí sola y a costa de sacrificios, procura elevarse a la altura de las demás y lucha, trabaja y estudia para vencer (…) bastante tiempo hemos tenido el dogal y la mordaza, tanto tiempo hemos callado, así pues el espíritu del siglo reclama que nuestra voz se levante. (1888).

Este libro es el primer resultado palpable de los esfuerzos y las intenciones de las afrocubanas que estamos reunidas alrededor del trabajo del blog. Casi todas las que aparecen en el blog también están en el libro y muchas más. Creo que vendrán otros proyectos interesantes porque nos sabemos capaces de llevarlos a cabo. 

¿Para terminar, afrocubanas o mujeres negras cubanas?

 

Inés Martiatu. Sabemos que la primera etapa de reconocimiento de  la importancia del negro y de la cultura africana en Cuba dio origen al movimiento Negrista o Afronegrista. Cuando el sabio Fernando Ortiz acuñó el término afrocubano, en las Ciencias Sociales, surgieron diferentes criterios que lo discutieron o negaron, y que por supuesto respetamos. Yo misma en un momento determinado pensaba que lo cubano incluía lo afro y lo hispano a partes iguales. Pero la experiencia me ha  demostrado que no es así.

Y volviendo a las características y la historia de las mujeres negras en Cuba, optamos por llamarlas “afrocubanas” ya que en el “ajiaco“ que es nuestra cultura los elementos africanos, negros, como quiera llamárseles no están  diluidos en el “caldo”. No es lo mismo un negro de ascendencia africana y esclava que un blanco descendiente de primera o segunda  generación de españoles como los hay en Cuba. Ni siquiera los negros y negras de origen yoruba, bantú, arará, del Caribe inglés o franco-haitianos responden a las mismas características socioculturales. De ahí el uso de el término afrocubano y afrocubana que nos une a todos.

EL proceso de transculturación en un país multiétnico y multicultural como el nuestro no  ha terminado. Afrocubanas porque se trata de mujeres negras y mestizas  independientemente del tiempo que llevamos viviendo en la isla, mezclando nuestras sangres, inter-influenciándonos y  luchando contra la discriminación racial y el racismo que nos afectan a todas. Lo que tenemos en común todas nosotras, las descendientes de esclavas con varias generaciones enraizadas en esta tierra y las caribeñas venidas de otras islas, es el origen africano, la esclavitud, todas somos hijas de la diáspora. Sí, todas mujeres negras y todas afrocubanas.

Sandra Álvarez Ramírez, Mujeres, raza e identidad caribeña. Conversación con Inés María Martiatu. En La Gaceta  de Cuba, No.1, enero-febrero de 2010, pp.42-45

2.La Jiribilla, La Habana. Año X. 25 de junio al 1ro. de julio de 2011 No.529

3.https://afrocubanas.wordpress.com/

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Zuleica Romay Premio Casa e Inés María Martiatu

Zuleica Romay Premio Casa e Inés María Martiatu Mención

 

Uno de los acontecimientos que nos llena de alegría y que viene a demostrar la valía de nuestras hermanas escritoras,  ha sido  el  brillante desempeño de Zuleica  Romay  e Inés María Martiatu en el marco del  importante Premio Casa de las Américas 2012.

En esta edición se convocó al Premio Extraordinario de estudios sobre la presencia negra en la América contemporánea. Zuleica Romay también Presidenta del Instituto Cubano del Libro ganó con su libro El elogio de la altea o las paradojas de la racialidad. Por su parte Inés María Martiatu obtuvo Mención con ¿Y las negras  qué? Pensando el afrofeminismo en Cuba.

“La altea” es el sobrenombre con el que cariñosamente nombraban a la autora sus compañeros de colegio. Se trata de una confitura cubierta de chocolate con una crema clara y blanda en su interior. Así le decían porque ella era, según sus amigos, “negra por fuera y blanca por dentro”. Al principio le resultaba simpático, pero luego, al llegar a la adultez, comenzó a verlo con recelo y rechazo. “Reflejaba la existencia y reproducción de un prejuicio y por esa razón titulé mi libro así”, declaró Zuleica Romay a la prensa luego de saber la noticia de su Premio en la sala Che Guevara, este jueves 26 de enero. Su proceso de escritura demoró cuatro años y casi otro de labor de terreno, de entrevistas con cubanos de diferentes edades y estratos sociales. “Esa fase de investigación me hizo mejor ser humano. Escribirlo fue la manera mejor de plasmar y sintetizar mi experiencia”, aseguró. (tomado de LA Ventana, Casa de las Américas).

 

Sobre su libro, Inés María Martiatu declaró:

 

 

“Me propongo, en alguna medida, impugnar las proposiciones eurocéntricas -las de mayor circulación en Cuba- y las visiones masculinas sobre los problemas raciales de género que, muchas veces, ignoran los aportes reflexivos de las mujeres, subrayó.La autora manifestó asimismo que las llamadas teorías poscoloniales, los estudios culturales y los estudios subalternos europeos o latinoamericanos, reproducen y proponen perspectivas androcéntricas y europeizantes. Hay un grupo, sin embargo, de teóricas latinoamericanas y caribeñas que estamos intentando trabajar desde nuestra idiosincrasia, indicó Martiatu-Terry, quien es además una de las compiladoras del volumen de ensayos Afrocubanas: historia, pensamiento y prácticas culturales, recientemente editado en Cuba.” (tomado de Prensa Latina, Cultura y Gramma Internacional).

 

ACTA PREMIO CASA 2012

En la ciudad de La Habana, el 26 de enero de 2012, reunid en la Casa de las Américas el jurado correspondiente al Premio Extraordinario de estudios sobre la presencia negra en la América y el Caribe contemporáneos, integrado por Quince Duncan, de Costa Rica, Rita Laura Segato, de Argentina, y Esteban Morales, de Cuba, después de haber dado lectura y discutido ampliamente los trabajos presentados, acordó por unanimidad:

PRIMERO:

Otorgar Mención por demostrar una gran erudición y diversidad de perspectivas, por la alta calidad de escritura y su compromiso personal y vivencial con el tema, al libro ¿Y las negras qué? Pensando el afrofeminismo en Cuba, de Inés María Martiatu Terry, de Cuba

 

SEGUNDO:

Otorgar el Premio Casa de las Américas, por la coherencia temática y unidad del proyecto; por tratarse de una narrativa histórica en que la autor se coloca plenamente como sujeto  de una experiencia histórica de la que habla con conocimiento y fundamento documental, así como una investigación propia, en la que sobresale una prosa de excelente estilo, al libro Elogio de la altea o las paradojas de la racialidad de Zuleica Romay, de Cuba.

Y para que así conste firman esta acta,

 

Quince Duncan, Costa Rica

Rita Laura Segato, Argentina

Esteban Morales, Cuba

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Cuba: Escritoras negras, las menos visibles


Por Sara Más

(
saramas_2000@yahoo.com)

La Habana, febrero (SEMlac).- Son poetas, ensayistas, investigadoras y narradoras que escriben, pero publican muy poco o casi nada en los circuitos oficiales y establecidos en el país. Sus obras se esparcen por blogs, páginas web, espacios de intranet y cuanta variante les permita mostrarlas, aunque son muy poco conocidas por el público en el país.

Las escritoras negras se están valiendo de las nuevas tecnologías para difundir su obra en esta isla del Caribe, donde continúan siendo un segmento muy invisibilizado dentro del panorama editorial actual de la literatura contemporánea.

«Son muchas más las que escriben que las que se ven», aseguró la ensayista y narradora Inés María Martiatu, el 9 de febrero, en el espacio «Mirar desde la sospecha», que cada mes se realiza en la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), en La Habana, y que tuvo como tema de discusión «Género y raza en la narrativa femenina cubana».

La propia Martiatu, quien recientemente obtuvo una mención en el Premio Casa de las Américas por su obra Y las negras qué. Pensando el afrofeminismo en Cuba, publicó sus cuentos primero fuera de la isla, donde aún apenas se leen ni conocen.

«Muy pocas personas determinan qué se publica y bajo un criterio muy cerrado», sostuvo Martiatu en el encuentro, convocado por el Programa de Género y Cultura del no gubernamental Grupo de Reflexión y Solidaridad Oscar Arnulfo Romero, con apoyo de la Uneac, la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (Cosude) y la Consejería Cultural de la Embajada de España en La Habana.

Sin embargo, no son pocas las escritoras negras y también algunas blancas que tratan los temas de racialidad y discriminación, reconoció Martiatu, quien recoge varios de esos textos en la antología El que más mira menos ve, actualmente en preparación.

En su opinión, la invisibilidad de las narradoras afrocubanas está dada por el desinterés respecto a esa narrativa en unas pocas personas con poder de decisión acerca de lo que se publica, incluidos editores, críticos y antologadores.

«Las editoriales, salvo excepciones, tienen cerradas las puertas para esta temática», dijo a SEMlac la historiadora y escritora Daisy Rubiera, compiladora junto a Martiatu de una antología que acaba de ver la luz en la capital cubana, bajo el sello de la Editorial Ciencias Sociales: Afrocubanas, historia, pensamiento y prácticas culturales.

Tras considerarse afortunada por haber podido publicar todo lo que ha escrito, Rubiera explica que gran parte de lo que logra llevarse a impresión se debe a gestiones personales en la búsqueda de financiamientos e instituciones que puedan estar interesadas en esos trabajos, o a que «nos publicamos nosotras mismas, unas a otras, en los espacios que creamos y algunas tenemos».

Los problemas de las mujeres negras tampoco aparecen con fuerza en los debates sobre racialidad. «Se ha escrito un poco últimamente, pero quienes escriben siguen siendo hombres que no nos mencionan o apenas nos tocan con una pincelada», explicó a SEMlac.
El tema, sin embargo, merece atención, según Rubiera. «No es lo mismo ser una mujer blanca que una negra», insiste, sobre la base de un condicionamiento histórico, sociocultural, económico y de todo tipo que es diferente para cada una.

Cuando más se asemejan unas y otras es entre las pobres, precisa a SEMlac, y siempre las negras tendrán menos posibilidades, asegura, lo mismo para acceder a trabajos de mejor remuneración que para llegar a espacios de poder político, expone como ejemplos.

Más que de exclusión, Rubiera habla de silencios. «La ley y las políticas públicas nos dan el derecho a estar y participar en igualdad, pero el silencio que hay en torno al tema es el que impide visibilizarlo. El silencio es peor: no te excluyo, pero no te reconozco», asegura a SEMlac.

Para la cuentista Johana Depestre, en cambio, la escasa visibilidad de las escritoras afrodescendientes puede partir de cierta falta de identidad con sus orígenes, lo que se muestra en la representación que hacen de esos temas en sus tramas y personajes.
«Hay narradoras negras que no muestran ser negras», asegura Depestre, quien le llama a ese comportamiento «invisibilidad pasiva», porque «una misma se discrimina».

Otro es el punto de vista de la poeta y narradora Carmen González, para quien son múltiples y diversas las razones. «Concluir que hemos sido invisibilizadas solo a causa del color de la piel o las posiciones de fuerza de las elites culturales que han dominado las artes y las letras en Cuba sería pecar de facilismo», sostiene.

No obstante, reconoce que, cuando esas autoras construyen sujetos narrativos a partir del canon establecido, no se complican con la expresión de una autonomía construida por los rigores del margen o simulan el amaneramiento de su biografía, entonces clasifican para editoriales y antologías.

«El canon no nos acepta porque el problema no son las negras, su arte o su literatura; el problema es el racismo como base y sus estructuras excluyentes», señala González.

En la polémica resurgen también criterios contrapuestos en cuanto al reconocimiento de las raíces africanas, sobre todo a la hora de asumirse como afrocubanas o como cubanas, si se entiende que este último término incluye todas las raíces étnicas, culturales y procedencias que conforman la rica mezcla de la nacionalidad.

La profesora universitaria Berta Carricarte es de las que afirma no sentirse ni afrocubana ni hispanocubana, por separado, cuando ambos ancestros son parte de su existencia. «No niego ninguno y para mí ambos tienen el mismo valor», asegura.

González, en cambio, ha decidido identificarse como afrodescendiente para poderse agrupar a personas que salen a defender sus derechos, como hace la comunidad gay.

«Yo me siento afrocubana», alega Martiatu, quien reconoció haberse distanciado de ese término y verse por mucho tiempo como cubana «porque pensé que mis dos raíces (española y africana) estaban ligadas, y ahora me doy cuenta de que en el ajiaco (mezcla) hay todavía partes duras que no se han disuelto», explica.

La profesora universitaria Ileana González, quien impartió por muchos años la materia de Literatura del Caribe anglófobo y reconoce la subestimación que esa cultura ha padecido, cree importante el término afrocubano para remarcar, darle visibilidad y jerarquía a esa herencia africana que ha sido tan discriminada.

La esencia está en conocer la diversidad y respetarla, que las personas sean como se quieran nombrar, reflexionó la psicóloga social Mareelén Díaz Tenorio, de OAR. «Conocer nuestra diversidad es una manera de acercarnos más a la equidad y comprender que no podemos seguir discriminando», dijo. «Para construir igualdad hay que conocer la diferencia y reconocer inequidades».

Una de las vías empleadas por las escritoras negras para alejarse de la victimización, seguir creando y darse a conocer ha sido la de unirse en una plataforma de mujeres afrodescendientes que hacen poesía, narrativa, ensayo, testimonio, letras de rap, grabado o fotografía, expuso González.

Igualmente se expresan en contra de la visión estereotipada, folclorista y exótica con que se suele representar a mujeres y hombres de la población negra y mestiza, cuando se trata de «un mundo con una riqueza que no se puede encasillar», opina Martiatu.

Para la también investigadora del teatro en Cuba, es particularmente interesante el segmento de las autoras afrodescendientes más jóvenes, que poseen otro punto de vista sobre el tema de la racialidad, parten de experiencias muy personales, de procesos vividos dentro de la revolución y tratan sobre su infancia, su relación con el movimiento hip hop y el performance, entre otros tópicos.

«Me inclino por trabajar para las nuevas generaciones. Nuestra escritura está encaminada a desmontar estereotipos negativos, sexistas y racistas. Es una responsabilidad de las mujeres que escribimos sobre nosotras mismas dejarles ese referente», reiteró a SEMlac Rubiera.

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Afrocubanas en el centro del debate

Por: Yeniela Cedeño

 

Uno de los platos fuertes, a mi juicio, en la 21 edición de la Feria Internacional del Libro es la presentación del título Afrocubanas, historia, pensamiento y prácticas culturales, una compilación de trabajos a cargo de la investigadora Daisy Rubiera Castillo y de la crítica, ensayista y narradora Inés María Martiatu Terry.

A partir de diferentes disciplinas académicas como la historia, la sociología, la antropología, entre otras, autoras y autores exponen sus investigaciones y reflexiones sobre el tema de la mujer negra en nuestro país y, al mismo tiempo, visibilizan el quehacer político, social y cultural de esta desde la etapa colonial hasta la actualidad.

En la cubierta del libro encontramos un grabado de otra gran mujer negra de las artes plásticas de la Isla, la ya desaparecida Belkis Ayón; mientras, en la introducción que antecede a los textos compilados se expresa el objetivo de “intervenir en el campo de la cultura cubana en la coyuntura compleja de nuestra sociedad, en la que los conflictos raciales han aflorado y acaparado la atención y el debate sobre ello”, según palabras de Inés María Martiatu Terry.

Los estudios de género y raza no son algo tan reciente. En países como los Estados Unidos y Brasil, por solo mencionar algunos, han surgido en el pasado siglo xx movimientos feministas negros, que luchan en las esferas académica, social e incluso literaria por exponer los maltratos, abusos, estereotipos y discriminaciones a las que se han enfrentado las mujeres negras desde la esclavitud y que desgraciadamente aún permanecen y se reproducen, como práctica cotidiana, en aquellos países donde existió el régimen esclavista.

En nuestro entorno es muy común escuchar a diario alguna frase en que la mujer negra es vista como objeto sexual, como algo desechable, sin cultura, sin belleza, sin inteligencia y asociada a la vulgaridad, la falta de higiene, etc. Un libro como Afrocubanas…, pues, resulta necesario en tanto propicia que se conozcan esas mujeres negras y mulatas que en el siglo xix escribían para el periódico Minerva, por ejemplo, las cuales merecen aparecer en los libros de texto de historia, al igual que otras, también negras y mulatas, que tanto hicieron por la nación cubana.

Por ello, fue muy grato poder entrevistar a una de las artífices de este gran proyecto, Daisy Rubiera Castillo, quien accedió a responder algunas interrogantes sobre el libro Afrocubanas…

 

Cubanow: ¿Cómo surgió la idea o el proyecto del libro Afrocubanas…?

 

Daisy Rubiera Rubio: Desde hace muchos años, al darme cuenta de que en la invisibilidad de las mujeres la de las negras era casi total y atravesaba casi todas las áreas de la sociedad, me tracé un proyecto muy personal a través del cual pudiera romper el silencio que había alrededor de ellas.

 

Mi primer trabajo en esa dirección fue el ensayo “La mujer negra de la primera mitad del siglo xvi, primera mitad del siglo xix”, publicado por la Editorial Academia en 1990. Le siguió Reyita, sencillamente, libro que por primera vez en la historiografía cubana da voz a una mujer negra. En esa línea, además, se encuentra Golpeando la memoria. Testimonios de una poeta afrodescendiente, publicado por Ediciones UNIÓN en 2004.

 

De ese proyecto personal de que te hablo me surgió la idea de preparar un libro más abarcador y convidé a algunas amigas a que me acompañaran en la realización de Afrocubanas…; una de ellas fue Inés María Martiatu. Comenzamos a realizar la selección entre las dos. Investigamos y seleccionamos los trabajos que consideramos más significativos, sobre todo en áreas a veces poco conocidas; algunos ya publicados y otros inéditos o pedidos por encargo por su importancia cuando no encontrábamos los adecuados para diferentes asuntos y personalidades que deseábamos incluir.

 

CN: ¿Por qué el título de Afrocubanas…? ¿Se está refiriendo a todas las mujeres negras y mulatas o a las mujeres cubanas en general?

 

DRC: Afrocubano es un término que tiene mucho que ver con la identidad racial, con la diversidad, con el sentido de pertenencia al legado que heredamos de nuestros ancestros africanos. Pero, a su vez, es un término que depende mucho de quién y para qué se utilice. Afrocubanas fueron un grupo de mujeres que articularon un discurso diferente al que se divulgaba a través de la prensa periódica desde finales del siglo xix, para concretar ideas, definir actitudes, fijar puntos de vista, reclamar su espacio en la sociedad que les tocó vivir, poniendo siempre en ello su orgullo racial. Y si la selección que estábamos realizando nos acercaba a zonas poco tratadas o desconocidas de la historia y cultura nacionales, teniendo como centro a las mujeres negras y mestizas cubanas, titular así nuestra obra nos pareció adecuado.

 

CN: ¿Cuál fue el criterio para seleccionar los diferentes trabajos que ofrecen en el libro?

 

DRC: Contribuir, con un contradiscurso, al desmontaje de los estereotipos negativos, racistas y sexistas que han venido circulando históricamente sobre las mujeres negras; e intervenir en el campo cultural cubano en la coyuntura compleja en que los conflictos raciales han aflorado y acaparado la atención y el debate sobre ellos.

 

CN: ¿Por qué, según su criterio, las mujeres negras en nuestro país deberían ser visualizadas desde los estudios académicos?

 

DRC: Pienso que lo que apremia es una forma nueva de conciencia intelectual destinada romper el silencio que sobre ellas se ha mantenido, tradicionalmente, en la historiografía cubana, para así evitar su exclusión de los estudios sociales. Afortunadamente, ya ha sido iniciada por algunas escritoras e investigadoras de diferentes disciplinas.

 

CN: ¿Este libro se inscribe dentro de los estudios o el movimiento del feminismo negro surgido en los Estados Unidos, o se tienen otros referentes?

 

DRC: El libro se inscribe en nuestros propios referentes: la herencia de una historia de lucha; el entrecruzamiento de la raza; la clase, el género y la batalla contra los estereotipos racista, sexista y negativos sobre nuestra imagen.

 

CN: ¿Algún futuro proyecto vinculado con la temática del género y la religión?

 

DRC: Es posible. Hay otro proyecto en que la unión de lo interdisciplinario y lo intergeneracional posiblemente arroje como resultado una obra al estilo de Afrocubanas…, pero tengo una deuda con una actriz cubana afrodescendiente a la que pienso dar cumplimiento en este año. Para el futuro, tengo un proyecto que se ha ido postergando, acerca de la mujer en las religiones de origen africano.

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