Las Olvidadas Hijas de Eva
Por Damaris A Torres Elers
Los últimos años han constituido una etapa significativa para la mujer cubana, no solo por los logros alcanzados en los planos político social y económico, sino por el incremento de la presencia femenina en los estudios historiográficos donde especialistas como el doctor Julio César González Pagés y las licenciadas Raquel Vinat y Dania de la Cruz entre otros, han marcado pautas.
Es justo señalar que estos estudios resultan aún insuficientes, mucho más si nos percatamos del déficit de análisis desde la región, que permita la comprensión del comportamiento femenino en diversos procesos de nuestra historia en una zona o localidad determinada, cuestión esta que, sin duda, contribuye al enriquecimiento de la historia nacional.
Una mirada historiográfica a la primera mitad del Santiago decimonónico, muestra como es de esperar una visión androcéntrica en la cual las mujeres, en especial las llamadas de color estaban incapacitadas para desarrollar otras funciones que no fueran la servidumbre y “las propias de su sexo”. Sin embargo, estudios recientes demuestran que muchas de estas féminas fueron portadoras de un espíritu optimista, emprendedor, con aspiraciones de ascender en la escala económica y social.
El libro Las olvidadas hijas de Eva, de la colección Ravelo del sello editorial Santiago, es el resultado de varios años de estudios de la licenciada María Cristina Hierrezuelo Planas, jefa del departamento de Historia de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Oriente, maestra de varias generaciones de historiadores, entre ellas quien escribe estas notas, para quien este acto constituye un altísimo honor.

En el volumen la profesora Hierrezuelo ofrece tratamiento a un tema aun poco explorado en las llamadas “mujeres sin historias”. Aquellas que por su raza u origen social pasaron inadvertidas. Con un buen hilo conductor ofrece dos interesantes ensayos a saber: La mujer de color en la sociedad colonial santiaguera y La cara oculta de la inmigración francesa a Santiago de Cuba: La mujer.
En el primero de ellos, la autora desarrolló un magnífico análisis acerca del ascenso económico de la mujer de color en Santiago de Cuba. De manera casi fotográfica presenta numerosas negras y mulatas que a fuerza de esfuerzo, ahorro y tenacidad, hicieron cierto capital que les permitió la obtención de la libertad de ella y de sus familiares, además de la adquisición de algunas propiedades urbanas, rústicas, joyas y otros recursos.
Estas mujeres, integrantes de la llamada pequeña burguesía mulata, existente también en otras ciudades, llegaron a poseer no pocos esclavos que empleaban en el servicio doméstico, en las labores de sus haciendas y vegas o simplemente en el alquiler de su mano de obra.
A pesar del ascenso económico, se vieron reprimidas por el color de la piel y el sexo.
Con abundante fuente documental, María Cristina demuestra que estudios posteriores sobre el ascenso de los hombres de color en Santiago de Cuba, debe tener en cuenta el papel desempeñado por las mujeres cuya ejecutoria ha permanecido oculta en protocolos y transacciones.
El segundo ensayo, no menos interesante, ofrece una mirada no tradicional a la inmigración francesa en la región. Los historiadores, en sentido general, destacan una influencia a partir del aporte masculino, sin tener en cuenta que las mujeres también contribuyeron desde las posiciones de maestras, comerciantes, comadronas, modistas, enfermeras.
Estas mujeres también acopiaron una fortuna, así lo evidencian las numerosas acciones de compraventa de esclavos, propiedades rústicas (incluidos no pocos cafetales), fincas urbanas y como accionistas; de manera tal, que también estuvieron vinculadas al cultivo y fomento del café en la región.
No caben dudas de que estamos en presencia de un estudio que en adelante no pocos investigadores se verán obligados a consultar, en tanto rompe algunos esquemas y entrega una visión más justa acerca de la sociedad santiaguera de la primera mitad del siglo XIX.
A la licenciada María Cristina, las gracias por el obsequio del resultado de sus numerosas horas de desvelos y por confiar en su alumna la presentación de este su primer libro en solitario, tras el que estamos seguras se abrirán nuevas puertas editoriales.
Publicado en CubaLiteraria